jueves, 13 de julio de 2017

Las luminarias "chinas", una de muchas.

El caso de las luminarias “chinas” es tan sólo una de muchas malas decisiones que se han tomado para Mérida y que termina afectando a todas las personas que vivimos en ella. En este caso es el pago de más de 400 millones  de pesos que el Ayuntamiento tendrá que hacer por un contrato que desde el inicio se dio con irregularidades. Otros ejemplos son el paso deprimido o la autorización de gasolineras como sucede en Real Montejo en donde se construye una gasolinera en un espacio supuestamente destinado a ser un parque y los vecinos ya empezaron a protestar. Todas estas decisiones siempre tomadas a espaldas de la sociedad.  

Esto deja a la vista dos cosas:

1.- La manera en la que se toman las decisiones desde el Ayuntamiento y el Cabildo, ya no pueden darse sin la participación directa de las personas.

2.- Urge empezar a pensar en la necesidad de que los regidores sean electos territorialmente y que no sigan entrando por planillas. Porque de esta manera no se deben a la gente sino, a su partido o persona que los puso en la lista.

Tener regidores electos territorialmente y abrir la toma de decisiones, da la posibilidad de que ciudadanos realmente preocupados e interesados en el bienestar de su comunidad  puedan participar de manera directa y contribuir a un mejor desarrollo del Municipio.

En fin, creo que son dos caminos que tenemos que empezar a explorar y que como personas tenemos que empujar para que las decisiones las empecemos a tomar entre todas y todos. 

Foto de Grupo Sipse.

lunes, 8 de mayo de 2017

Nunca va a cambiar

Posiblemente sea la frase que más veces escuchamos las personas sobre la política de este país. Acompañada de que la política es sinónimo de corrupción y de que toda persona que participa en política termina convirtiéndose en lo mismo.

Pero todo esto no es de a gratis, es resultado de un largo proceso que la clase política de nuestro país ha puesto en marcha para hacernos creer que ellas o ellos los políticos “profesionales” son los únicos que tiene derecho a ejercer la política y ocupar espacios en las instituciones. A sido grande el esfuerzo que han puesto para alejar la política de la gran mayoría de personas, de decirnos que las cosas tienen que ser así porque no hay otra manera de hacer las cosas y de hacernos la vida cada vez más difícil con largas jornadas de trabajo y con doble turno para poder llevar comida a la casa, logrando que lo último en lo que quiera pensar la gente es en política y como esta les afecta en su día a día, y ni hablemos de poder participar en ella.

Durante mucho tiempo ese fue el efecto que habían logrado. Hoy las cosas están cambiando, el actuar tan descarado de quienes nos gobiernan ha despertado la indignación y malestar de una generación, que está decidiendo caminar de la apatía, desilusión y tristeza hacia la emoción, los sueños y sobre todo, acciones que nos lleven a recuperar la política, la democracia y el país.
Nos rebelamos al cuento de los imposibles, a las miles de veces que nos han dicho que nada cambiará, nos rebelamos a pensar en que las cosas llegaran desde lo individual si uno cambia, nos hartamos de que nos digan cómo tienen que ser las cosas y estamos tomando la responsabilidad en nuestras manos.



No estamos solas o solos, somos muchas las personas que pensamos en que un cambio es necesario, las que sabemos que es lo que está mal y que queremos cambiar. Somos muchas y nos estamos encontrando. Seguramente nos dirán que estamos locas o locos, pero digámosles que desde aquí, desde la fiesta de lo colectivo y con nuestra cuerda locura hemos empezado a trabajar para que los imposibles sean solo una opinión.