El caso de las luminarias “chinas” es tan sólo una de muchas malas decisiones que se han tomado para Mérida y que termina afectando a todas las personas que vivimos en ella. En este caso es el pago de más de 400 millones de pesos que el Ayuntamiento tendrá que hacer por un contrato que desde el inicio se dio con irregularidades. Otros ejemplos son el paso deprimido o la autorización de gasolineras como sucede en Real Montejo en donde se construye una gasolinera en un espacio supuestamente destinado a ser un parque y los vecinos ya empezaron a protestar. Todas estas decisiones siempre tomadas a espaldas de la sociedad.
Esto deja a la vista dos cosas:
1.- La manera en la que se toman las decisiones desde el Ayuntamiento y el Cabildo, ya no pueden darse sin la participación directa de las personas.
2.- Urge empezar a pensar en la necesidad de que los regidores sean electos territorialmente y que no sigan entrando por planillas. Porque de esta manera no se deben a la gente sino, a su partido o persona que los puso en la lista.
Tener regidores electos territorialmente y abrir la toma de decisiones, da la posibilidad de que ciudadanos realmente preocupados e interesados en el bienestar de su comunidad puedan participar de manera directa y contribuir a un mejor desarrollo del Municipio.
En fin, creo que son dos caminos que tenemos que empezar a explorar y que como personas tenemos que empujar para que las decisiones las empecemos a tomar entre todas y todos.
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